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ISRAelPROFEDELENGUA

¿Adoctrinar o enseñar?

Si no lo veo, no lo creo. Qué asco, qué repugnancia. De verdad que no puedo creerme esto que me acaba de enviar un amigo. Fernández de la Vega impartiendo ¿una clase de Educación para la ciudadanía? unos días antes de las elecciones generales de este año. A la señora vicepresidenta del Gobierno el director del IES valenciano en cuestión tenía que darle una buena patada en el culo y sacarla del aula. Aunque el director fuese más marxista que el mismo Marx, el mismísimo Pablo Iglesias reencarnado. Sin remordimientos. Aunque el guardaespaldas le hiciese un placaje tipo fútbol americano. Sin miramientos.

Luego nos extraña que haya gente que tenga sus dudas sobre la asignatura "Educación para la Ciudadanía". Si "Educación para la Ciudadadanía" consiste en impartir una doctrina, extender una ideología, yo también estoy en contra. Un CIUDADANO, con mayúsculas, es quien tiene la virtud y grado de la ciudadanía. Es alguien que se ha ganado el derecho a vivir en sociedad porque ha elegido ejercer sus deberes y derechos en igualdad de condiciones con sus con-ciudadanos. Así que enseñar ciudadanía es enseñar a convivir en primer lugar, y en segundo lugar a entender que el vivir juntos nos comporta una serie de derechos y de obligaciones. Es decir, la ciudadanía es -entre otras cosas- el conocimiento, la aceptación y el respeto al otro, sea cual sea su cultura o su ideología. Enseñar ciudadanía no es convencer a un alumno de nada, y menos de la idoneidad de una opción política u otra. Enseñar ciudadanía es enseñarle a tener opiniones propias y razonadas, argumentarlas sin prejuicios, matizarlas si es necesario tras un debate constructivo. Enseñar ciudadanía es enseñar a un alumno a tomar decisiones con responsabilidad. Todo esto sí es CIUDADANÍA.

Afortunadamente creo que mis compañeros son infinitamente más moderados y responsables que la señora vicepresidenta. Por favor, insistamos en lo obvio. Tenemos que enseñar a nuestros alumnos a desarrollar conciencia crítica, a pensar por sí mismos, lo cual es radicalmente diferente de adoctrinar, de hacer proselitismo, de crear borregos a base de meterles zanahorias por los ojos. ¡Ah! Y tenemos que enseñarles a no mentir, que eso también es ética ciudadana.

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