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ISRAelPROFEDELENGUA

El sentimiento de culpa, según Nietzsche (ese "cabronazo genial")

El sentimiento de culpa, según Nietzsche (ese "cabronazo genial")

Alguna divagación marginal de esta semana tuvo como protagonista el sentimiento de culpa. Ahí salió a colación Nietzsche -ese "cabronazo genial" como lo definió mi amigo Luís (con tilde, sí)- con su idea de que la culpa no es sino el resultado de encerrar las verdaderas esencias humanas, de asfixiar la individualidad entre las normas colectivas que rigen las sociedades (Genealogía de la moral). Yo, que no soy sospechoso de compartir las tesis de Nietzsche -ni en este punto ni en muchos otros-, no quiero dejar de cederle este modesto espacio al filósofo alemán, al que no le niego su habilidad lingüística y argumentativa:

Todos los instintos que no se desahogan hacia fuera se vuelven hacia dentro -esto es lo que yo llamo la interiorización del hombre: únicamente con esto se desarrolla en él lo que más tarde se denomina su “alma”. Todo el mundo interior originariamente delgado, como encerrado entre dos pieles, fue separándose y creciendo, fue adquiriendo profundidad, anchura, altura, en la medida en que el desahogo del hombre hacia fuera fue quedando inhibido. Aquellos terribles bastiones con que la organización estatal se protegía contra los viejos instintos de la libertad -las penas sobre todo cuentan entre tales bastiones- hicieron que todos aquellos instintos del hombre salvaje, libre, vagabundo, diesen vuelta atrás, se volviesen contra el hombre mismo. La enemistad, la crueldad, el placer en la persecución, en la agresividad, en el cambio, en la destrucción -todo esto vuelto contra el poseedor de tales instintos: ése es el origen de la “mala conciencia”. El hombre que falto de enemigos y resistencias exteriores, encajonado en una opresora estrechez y regularidad de las costumbres, se desgarraba, se perseguía, se mordía, se roía, se sobresaltaba, se maltrataba impacientemente a sí mismo, este animal al que se quiere “domesticar” y que se golpea furioso contra los barrotes de su jaula, este ser al que le falta algo, devorado por la nostalgia del desierto, que tuvo que crearse a base de sí mismo una aventura, una cámara de suplicios, una selva insegura y peligrosa -este loco, este prisionero añorante y desesperado fue el inventor de la “mala conciencia”.

2 comentarios

luís -

Nietzsche era un cabronazo genial que escrib... Ver másía muy bien y nos conocía bastante; por eso me gustaba tanto en mi juventud. Lástima que acabó como una chota: no hay quien pueda conjugar un origen de buena familia y una vida corriente y más bien aburguesada con ese pensamiento nihilista.
Me tengo que repasar "El ocaso de los ídolos", aunque no comulgue (¡qué gracia de verbo!) con mi pensamiento... ¡es tan entretenido!

israelprofedelengua -

Según Nietzsche, tiene mala conciencia, sentimiento de culpa, aquel que reprime sus sentimientos, y no deja salir al "animal" que lleva dentro, por las convenciones sociales o por lo que sea... Sin embargo, cómo soltar al animal que llevamos dentro sin hacer daño a otros... La convivencia de tanto animal suelto sería imposible... El día que llegue eso volveremos a las cavernas, que, eso sí, estarán llenas de "superhombres", unos cabrones sin conciencia. (espero no estar cuando eso suceda).
Otras veces el bicho interior te sale sin remedio: ¿qué hay de malo en tener un poco de mala conciencia, qué hay de cobarde o de sumiso en pedir perdón cuando has hecho algo mal? Joder, no hay mejor cosa que acostarte sin tener la mínima sospecha de que le has hecho la puñeta a alguien...
Otra cosa completamente diferente es reconcomerte todos los días por algo que ya quedó atrás y ya no tiene remedio... Eso tiene algo de masoquismo, porque a veces nos encanta castigarnos...
La culpa si tiene una perspectiva positiva: si no te sientes nunca culpable, estás siempre conforme contigo mismo; ¿cómo mejorar entonces?...