Luciano se jubila...
Toda una institución del Baronceli, otro de los "padres fundadores", se jubila. Luciano, el cocinero, que no cocinillas, se va tras ocho años en los fogones baroncelianos, y deja una huella difícil de borrar. No solo por sus grandiosos potajes (mmmmm... el útimo caldo, celestial), no solo por su generosidad a la hora de ofrecernos una comida especial o incluso un tapper con algún delicioso resto, no solo por su esforzada dedicación a su trabajo, sino también, y especialmente, por ese carácter tan suyo, tan tan guasón, tan políticamente incorrecto. Yo no solo he saboreado sus platos, también me reído mucho. Te vas y cocinarás en otros fogones, pero ese guiño socarrón se queda con nosotros. Si el comedor fuera un pabellón de deportes, colgaríamos del techo tu delantal blanco. Ciao, Luciano. Tú sí que has sido y serás genio y figura hasta la sepultura.
De la comida de jubilación en el restaurante Brasil hay unas fotos que podéis ver haciendo clic en el siguiente enlace.
0 comentarios