Zanahorias...
Se empezó premiando a los trabajadores que llegaban a su hora, con el fin de prevenir la impuntualidad. Se continuó premiando a los conductores que no cometían infracciones de tráfico, con el fin de prevenir los accidentes de circulación. Y, ya abierta la veda, ahora se pretende premiar a los escolares que van a clase para prevenir el absentismo. ¿Cuántas zanahorias nos han de poner delante para que, por fin, burros de nosotros, hagamos lo que debemos sin necesidad de soborno alguno?
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