Manda... uebos
Hoy he leído esto... No me digáis que no es interesante...
La palabra uebos o huebos (ésta con grafía normalizada) realmente existe y no es "huevos" escrito con una falta de ortografía, y ni siquiera es un plural. Viene del latín "opus" (obra, trabajo y también necesidad en muchos contextos), que evolucionó diptongando la o breve tónica en ue y sonorizando en b la p intervocálica, cambios habituales en los vulgarismos. Esta palabra es un arcaísmo desusado, salvo en una expresión frecuente que tiene su origen en el ámbito judicial. Se trata de la expresión exclamativa "¡manda huebos! ¡manda uebos!", evolución de la frase en latín "mandat opus", es decir, la necesidad obliga, que se decía en argumentación judicial cuando una prueba o un argumento contundentes obligaban indefectiblemente a ver los hechos de una determinada manera y actuar en consecuencia, e impedían interpretarlos de otra.
Esta expresión, bastante popularizada, ha llegado a escribirse y a entenderse como "manda huevos" por puro desconocimiento de la existencia de la palabra uebos. En ella, la gente, no es que haya identificado ese uebos con los huevos de las aves, sino con los testículos, dado que además los testículos del varón se han identificado en la lengua con un tesón y un empecinamiento imparables (como en la expresión "hacer algo por cojones", siendo de pura y obligada necesidad que se cumpla gracias a los muchos testículos de un varón). Es así como la expresión "manda uebos", transformada en la forma "manda huevos" es entendida como un familiar taco, y en muchos lugares se sustituye ya con toda normalidad ese "huevos" por algo más explícito y dicen "¡manda cojones!".
Fuente: etimologias.dechile.net
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