El Genio y el camellero
El deseo es el origen de la insatisfacción (Segunda "noble verdad" del budismo).
El Genio salió de su prisión desorientado, aturdido tras el sueño centenario. El camellero había imaginado el fantástico encuentro cientos de veces, desde que la Lámpara se cruzase en su camino, unos días antes, pero nunca hubiese pensado que el Genio habría presentado ese aspecto frágil y desaliñado. Por eso no quiso resultarle molesto, y apuró el momento decisivo.
-¿Un deseo? -preguntó casi en un susurro.
-Solo uno. Al Genio se le notaba incómodo, como con prisa por hacer algo.
El camellero habló con pausa, repitiendo el mantra que escuchara más allá del Gran Desierto, en voz de un ermitaño budista:
-Deseo no desear nada nunca más.
El Genio prestó entonces atención al hombre menudo que aguardaba expectante, y le devolvió una mirada de compasión.
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