Buçaco y Coímbra
En Semana Santa quisimos hacer una pequeña escapada a nuestro querido Portugal, a la zona central que serpentea el Mondego y que domina la histórica ciudad de Coímbra. Nos alojamos en Luso, en un pequeño y elegante hotelito, seguramente en otros tiempos la villa de vacaciones de alguna familia adinerada...
Las imágenes de este miniviaje, aquí.
Coímbra. Los comercios y terrazas de la Baixa, entre el Largo de Portagem y la Praça 8 de Maio, nos hablan de una Coímbra moderna, que se gusta. La cercana Quinta das Lágrimas, cerca de las riberas del Mondego, nos habla también de esa Coímbra fastuosa. Pero hacia la Coímbra Alta parece de alguna manera un fantasma de lo que en su día debió de ser. Seis reyes portugueses nacieron aquí. Sin embargo, hoy, la decadencia se palpa en sus empinadas calles adoquinadas, en sus deteriorados arcos medievales, en sus fachadas abandonadas, llenas de carteles y pintadas comunistas, socialistas, feministas, anarquistas... Como una acrópolis griega, en lo alto de la colina se levanta la Universidad, una de las más antiguas de Europa, que sigue siendo el referente de la intelectualidad y la cultura portuguesa.
Buçaco, a unos kilómetros al norte, es el contrapunto ideal a Coímbra. Con bosques magníficos, es un lugar perfecto para relajarse y contemplar la maravilla de palacio, el último gran vestigio de los reyes portugueses, un delirio de estilo manuelino.
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