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ISRAelPROFEDELENGUA

"Parlar espanyol es de pobres", por Salvador Sostres

El disparate mayor no es el de aquel que ignora o no entiende (como algunos de mis alumnos, jeje), sino de aquel que públicamente hace ostentación de su ignorancia y del que le presta los medios para que se oiga su voz. No puedo entender que una persona con un mínimo de formación cultural y un mínimo de dotación intelectual pueda escribir cosas como las que siguen, ni que, ¡horror!, puedan aparecer publicadas en un diario, en este caso Avui, que imagino que le pagará escrupulosamente por las lindezas diarias de su sección "Lirs entre cards", ’Lirios entre cardos’... De hecho, esto es tan increíble que solo me caben tres opciones: a) el autor busca conscientemente el escándalo para lograr alguna notoriedad que no logra por otros medios; b) el autor se ha cansado de pertenecer a "Avui" (por catalanista independista que sea el periódico) y pretende que le despidan para después denunciar a la empresa por despido improcedente; c) al autor le ha traicionado el fascismo delirante (bueno, no sé si hay alguno que no lo sea) que lleva dentro escondido. En cualquiera de los tres casos, solo se trata de un pobre hombre.

Si cedo este espacio para transcribir su columna a este pobre hombre, es por un propósito pedagógico. Quizá sirva como ejemplo de hasta qué punto puede corromperse un valor fundamental de la democracia, la tolerancia, de hasta qué punto la libertad de expresión puede ensuciarse cuando se utiliza para denigrar al otro, de hasta qué punto pueden retorcerse los argumentos para llegar a las conclusiones que a cada cual le vengan en gana. Por otra parte suplicaré que las lenguas se entiendan como instrumentos de comunicación, y no como instrumentos políticos e ideológicos. Nadie debería ser tachado de pijo, de paleto, de nacionalista, de antinacionalista... por hablar una lengua. Qué triste tener que recordarlo...

Parlar espanyol és de pobres por Salvador Sostres.

A Barcelona fa molt hortera parlar espanyol, jo només el parlo amb la minyona i amb alguns empleats. És de pobres i d’horteres, d’analfabets i de gent de poc nivell parlar un idioma que fa aquest soroll tan espantós per pronunciar la jota. Aquests que no parlen en català sovint tampoc no saben anglès, ni francès, ni qui és monsieur Paccaud. Però no només a Catalunya l’espanyol és un símptoma de classe baixa. L’amic Riera em facilita aquestes dades de l’ONU del 2002. Renda per càpita de Noruega, 36.600 dòlars; Dinamarca, 30.940; Islàndia, 29.750. Tots tres països riquíssims, amb economies internacionalitzades i llengües més petites que la nostra però que les parlen sense complex.
Contra aquesta absurda creença que el català ens tanca portes, aquestes dades prou eloqüents de si serveix o no serveix una llengua minoritària. En canvi en el meravellós món hispànic la pobresa és l’única dada. La mitjana dels 13 principals països americans que tenen l’espanyol com a llengua, comptat des de l’Argentina, Xile i Mèxic fins a Nicaragua, Hondures i l’Equador, és de 6.209 atrotinats dòlars de renda per càpita. Catalunya parlant català i malgrat l’espoli fiscal infligit per una Espanya que no té ni la decència de publicar les xifres del robatori, té una renda de 26.420 dòlars. Hem de triar model: Noruega o afegir-nos a la caravana de la misèria. Només cal veure com les zones més riques de l’Estat tenen una altra llengua pròpia: i és evident que l’Estat el mantenim, pagant molt i molt, els que no parlem en tercermundista. És veritat que en espanyol s’han escrit pàgines d’una bellesa emocionant, però el destí dels països que el parlen ha estat històricament d’una fatalitat irrevocable. Parlar espanyol sí que tanca portes, i destins: mira. L’independentisme a Catalunya està absolutament justificat encara que només sigui per fugir de la caspa i de la pols, de la tristesa de ser espanyol.

Traducción ’Hablar español es de pobres’.

En Barcelona queda muy hortera hablar en español, yo solo lo hablo con la criada y con algunos empleados. Es de pobres y de horteras, de analfabetos y de gente de poco nivel hablar un idioma que hace un ruido tan espantoso para pronunciar la jota. Estos que no hablan catalán, a menudo tampoco saben inglés, ni francés, ni quién es monsieur Paccaud. Pero no solo en Cataluña el español es un síntoma de clase baja. El amigo Riera me facilita estos datos de la ONU del 2002. Renta per cápita de Noruega, 36.600 dólares; Dinamarca, 30940; Islandia, 29.750. Tres países riquísimos, con economías internacionalizadas y lenguas más pequeñas que la nuestra pero que las hablan sin complejos. Contra esta absurda creencia de que el catalán nos cierra puertas, estos datos sobradamente elocuentes de si sirve o no sirve una lengua minoritaria. En cambio en el maravilloso mundo hispánico la pobreza es el único dato. La media de los 13 principales países americanos que tienen el español como lengua, desde Argentina, Chile y Méjico hasta Nicaragua, Honduras y Ecuador, es de 6.209 maltrechos dólares de renta per cápita. Cataluña hablando catalán y a pesar del espolio fiscal infringido por una España que no tiene ni la decencia de publicar las cifras del robo, tiene una renta de 26.420 dolares. Hemos de escoger modelo: Noruega o unirnos a la caravana de la miseria. Sólo hace falta ver como las zonas más ricas del Estado tienen otra lengua propia: y es evidente que el Estado lo mantenemos, pagando mucho y mucho, los que no hablamos en tercermundista. Es verdad que en español se han escrito páginas de una belleza emocionante, pero el destino de los países que lo hablan ha sido históricamente de una fatalidad irrevocable. Hablar español sí que cierra puertas, y destinos: mira. El independentismo en Catalunya está absolutamente justificado aunque sólo sea para huir de la caspa y del polvo, de la tristeza de ser español.

Publicado en Avui el 7 de abril de 2005. Ha llovido mucho, pero no lo suficiente... pues todavía se lee algún delirio que lleva su firma...

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