"Las abarcas desiertas", de Miguel Hernández
Hoy es Noche de Reyes, la noche del zapatito en el alféizar de la ventana. Re-publico este artículo que publiqué el 24 de diciembre, disculpándome así de la traición cometida por mí a Sus Magas Majestades, por haberle dado de modo inconsciente al barbudo advenedizo de acento anglosajón y generosa nariz la exclusiva del regalo navideño:
Nochebuena. A escasos minutos de sentarme a la mesa familiar y disfrutar de una preciosa compañía y una opípara cena, me vienen a la mente unos versos de Miguel Hernández: "Las abarcas desiertas". Poco que comentar. La sencillez y la emoción sin afectación con la que escribe el epígono de la Generación del 27 pone los pelos de punta. El autor de la sublime "Elegía a Ramón Sijé", del Cancionero y romancero de ausencias, es un poeta majestuoso, aunque no tenga el áurea mítica de Federico García Lorca. Poco tiene que envidiar a sus celebérrimas "Nanas de la cebolla" este otro poema, "Las abarcas desiertas", donde el yo lírico es un niño pobre / pobre niño que coloca sus zapatos de cabrero en la ventana, la noche de Reyes, con la esperanza de recibir su regalo navideño...
3 comentarios
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Lu -
Precioso poema