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ISRAelPROFEDELENGUA

Cuatro meses andaluces del año 2004

Cuatro meses andaluces del año 2004

Mi primer centro público de secundaria. Al IES "Nuestra Señora de la Cabeza" de Andújar (Jaén) llegué a finales de febrero de 2004 para cubrir una sustitución, una baja por parto más concretamente. Tenía por aquel entonces mi flamante Renault Clio, y en él metí mis maletas, llenas de libros, de ropa y de expectativas. Era la primera vez que me enfrentaba a grupos numerosos de adolescentes, y la primera que era además tutor: tardé en tomarle el pulso a la nueva situación. Pero "lo que no te mata te hace más fuerte", así que en quince días ya tenía cierto control sobre esas fierecillas que me llamaban "maehtro" y "don Irraé". Al principio incluso me costaba entender ese dialecto jiennense, pero con el paso de los días seguramente, yo mismo sin darme cuenta, era yo el que dulcificaba la pronunciación de las consonantes. Fue una experiencia bonita, en la que simultáneamente era profesor y alumno. El instituto era grande, un enjambre de actividad. La ciudad era muy agradable, ni demasiado grande ni demasiado pequeña. Como sigue haciéndolo hoy, el Guadalquivir surcaba tranquilamente Andújar bajo el gran puente romano, rodeando lomas plantadas de olivos. Con otros compañeros más o menos novatos como yo hice muy buenas migas: Irene, la dulce y generosa orientadora; Mari Ángeles, la simpática y fibrosa profe de Educación Física; Miguel Ángel el bondadoso profesor de Lengua; Luismi, el taciturno profesor de Francés... Los desayunos a base de tostadas con tomate y aceite de oliva virgen fueron un auténtico descubrimiento. El ajedrez fue una apacible diversión en los últimos días de invierno, convulsionado como nunca por los terribles atentados de los trenes de Atocha. Con los días primaverales llegaron las cañas y las tapas en las terrazas, la curiosa procesión de la Virgen de la Cabeza, las excursiones a Baeza, Úbeda y la Sierra de Cazorla, las visitas-relámpago a Córdoba o a Sevilla... La experiencia completa incluyó unas lluvias torrenciales que anegaron en el barro una pedanía próxima; allá fue todo el Instituto a echar una mano... Luego llegaron los bochornos del tempranero verano: el de junio fue el más caluroso mes que sufrí en toda mi vida... Lástima que ese año las oposiciones me obligasen a encerrarme más de lo que hubiese querido... Tras los exámenes, coroné mis días andaluces con un inolvidable viaje en grupo -en trío- al almeriense Cabo de Gata. Dormir sobre la arena de la playa de Mónsul, bajo las estrellas, es de esas experiencias que no se olvidan. Fue en Granada donde me enteré de que había aprobado el concurso, y ese mismo día le envié un ramo de rosas a la que hoy es mi mujer, pidiéndole que se casara conmigo. Días más tarde regresaba a Galicia, con algún kilo de más, por cierto. Nunca he vuelto a pisar Andalucía desde entonces, y siento que ya van siendo horas de volver...

2 comentarios

israelprofedelengua -

Ostrás, Juanmi, claro, vaya error... Pues sí, estoy seguro de que le gustaría mucho; debemos tomarnos unas cañas a su salud, obligatoriamente. Del tornado ese, fíjate, no me acuerdo bien... Como soy gallego, seguro que pensé que no era más que un vientecillo...
Besos, Irene.

Irene -

Se te olvida un horrible tornado la tarde del 13 de junio que destrozó ventanas, arrancó más de 30 palmeras y tiró el muro del colegio de la SAFA sobre 10 coches aparcados..... Y yo mientras desde mi ventana, frente a la tuya, intentando avisarte.... y tú mientras absorto en un partido de fútbol.... y la ciudad volando.....

Fueron meses preciosos, desde luego. Estoy de acuerdo contigo, va siendo hora de volver (sobre todo porque tu entrada del blog es de...mañana hace justo 2 años).

Hay que organizar un encuentro aunque ya todos no estemos... A Juanmi (no Luismi) le gustaría. Tengo ganas de verte. Besos