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La Biblia del Oso

La Biblia del Oso

Mientras escribo este artículo la tele está encendida: "Indiana Jones y la última cruzada". Casualmente oigo una frase que George Lucas, el guionista de la película, pone en boca del padre de Indiana (personaje interpretado por Sean Connery), en el momento en el que discute con un oficial nazi: "Los cretinos que andan como usted a paso de ganso deberían leer libros en vez de quemarlos". Y precisamente estaba pensando yo en el detestable vicio del hombre de quemar libros en lugar de leerlos, de someter a otros seres humanos, de imponer sus dogmas y opiniones sobre ellos.

Acaba de terminar la Semana de la Biblia, y quiero acordarme de la primera Biblia íntegra traducida al castellano directamente desde las lenguas originales: la Biblia del Oso. La Biblia del Oso (en su portada se ve la imagen de un oso comiendo miel) apareció en 1569, y constituyó una de las obras cumbres del brillante humanismo español del siglo XVI, por el esfuerzo científico, la calidad del lenguaje y la fidelidad de la traducción. Casiodoro de Reina pasó doce años de su vida con esta titánica labor, hasta que la Biblia vio la luz en... Basilea, Suiza. ¿Por quéno en Toledo, Salamanca, Sevilla, Barcelona...? Porque Casiodoro de Reina tuvo que huir de la Santa Inquisición.

Pocos años después del Concilio de Trento, en 1559 se desató una gran represión del luteranismo en España por parte de la Santa Inquisición.Casiodoro de Reina y otros monjes del monasterio jerónimo de San Isidoro del Monte de Sevilla habían simpatizado con muchas de las ideas reformistas de Lutero y fueron acusados de herejes. Fue el año en que se creó el Índice de Libros Prohibidos, que contenía nombres de autores cuyas obras estaban prohibidas en su totalidad, obras aisladas de otros autores o anónimas y también un detallado repertorio de los capítulos, páginas o líneas que debían ser cortados o tachados. Esta labor correspondía a los "bibliotecarios", que debían ocuparse de ellas antes de dejar los libros en manos de los lectores. Erasmo, Rabelais, LaFontaine, Descartes, Pascal, Montesquieu, Copérnico, Kepler, Hume, Kant, Zola, Balzac, Victor Hugo... entre otros muchos, llegaron a formar parte de la lista negra del Índice, que no desapareció hasta 1966. Cervantes mismo tuvo que suprimir del Quijote (2ª parte, capítulo 36) la frase «…las obras de caridad que se hacen tibia y flojamente no tienen mérito ni valen nada.».

Casiodoro de Reina, cuyo nombre también formaría parte del Índice, creía firmemente en la necesidad de que las Escrituras fuesen traducidas al castellano, y que cada cual tuviese la oportunidad de leerlas por sí mismo, sin prejuicios, sin intermediarios. Eso quiere decir que Casiodoro de Reina creía en la libertad de conciencia y en la libertad de expresión como medios inexcusables para llegar a la verdad. El precio que pagó él fue la persecución y una patria perdida; el precio que pagó España por esa "quema de libros" no fue sólo que durante muchos años la Biblia del Oso, un tesoro de la filología hispana, no pudo ser leída, sino que, al "despedir" a una generación entera de brillantísmos eruditos, perdió casi trescientos años en su renovación cultural, científica e intelectual.

Nunca quemes un libro, aunque no te guste. El tuyo podría ser el siguiente.

 

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